Soy un buen tío y así consuelo a la viuda de mi vecino
Todos en el vecindario veíamos como la hermosa mujer de nuestro vecino fallecido se consumía; vestida de negro, era la misma imagen de la tristeza. Me dije a mí mismo que debía hacer algo para animarla, por eso fui a visitarla, para darle el pésame y también para darle algún entretenimiento. Lo que no imaginaba es que la mujer, medio trastornada, me iba a pedir sexo xxx; se ve que el finado la tenía bien surtida de eso, y ahora se sentía muy sola. No tuve problema en darle consuelo, porque ¿quién iba a tener problema en follarse a esta tía buena? Y mientras la tetona rebataba sobre mi polla dura, se le veía la felicidad en la cara.