Que los blancos paguen por follar es fascinante para la africana
Llega de África y lo primero que le pregunta es que si va a fiestas. —“¿Fiestas? Vengo de un país donde no hay agua potable… no sé qué son fiestas.”—, le deja ver a su amigo. Luego este en medio de un rodeo le dice lo que quiere y ella se queda flipando como puede ser posible que los hombres blancos paguen por follar. Le pareció fascinante que en el mundo libre y civilizado, una mujer solo tenga que comerse una polla y luego dejar que le den placer en el coño para vivir dignamente. Donde no es necesario escapar de las hienas y muchos menos saber cómo escapar de un león.