¡Ostias, qué bien la folla el amigo de su hijo!
Esta señora mayor ya no se acordaba de lo que era tener un orgasmo loco; para saberlo, ha tenido que venir a follarla un veinteañero. Al principio le sabía mal eso de ser una esposa infiel; pero es que el inútil de su marido hacía tiempo que no sabía ni dónde tenía el coño. Sin embargo, este chico con sus provocaciones hacía que tuviera las bragas mojadas continuamente; no podía esconder que se moría por follar con él. Y al tío parece que le va el sexo con maduras, además de que esta cincuentona todavía estaba de muy buen ver. Era la madre de su amigo… sí, pero mientras se tragaba su lefa directamente de su polla, casi no se acordaba.