Le pedí a mi hermanastra que no se depilara el coño
No es que yo hubiera pensado de antemano el convertirme en el amante de mi hermanastra. Pero, ya que estábamos teniendo sexo incestuoso, se me ocurrió que podía hacerle peticiones en plan sexuales; en concreto, que nunca se depilara su coño peludo. Todas las tías a las que había follado iban con sus chochos lampiños, gracias a la cera o al láser; ella era la primera que tenía un felpudo al natural. Y me he acostumbrado a follar con ella en plan salvaje, así que si íbamos a seguir siendo follahermanastros, quería sentir todo el rato esa pelambrera púbica que me encantaba.