La zorra no puede dejar de montar a su padrastro
Sus conversaciones son frívolas y muy típicas de su edad. Al cerebro le encanta resolver problemas, cuando no existe ninguno que sea lo suficientemente serio como para invertir neuronas en él, entonces este se inventa algunos para no estar sin hacer nada. Digamos que odia estar ocioso porque sabe que de eso, solo vienen guarradas. Algo que se confirma cuando vemos que esta jovencita es tan zorra que no puede dejar de montar la polla de su padrastro, no le importa que sea el marido de su madre, ella quiere tenerlo dentro de su coño y no le importa nada más.