La empollona de mi prima tenía que soltarse el pelo
Un duro curso está a punto de terminar, y yo sabía que mi prima, con las mejores notas de su clase, se las había ganado a pulso. Pero ahora tenía que soltarse el pelo, aunque como la gran empollona que era, era muy tímida con los tíos, no acababa de pillarle el truco a ligar. Pero necesitaba sexo, yo lo tenía claro, era un premio que se había ganado. Así que, para ir abriendo boca, fui yo mismo quien le dio su primer orgasmo después de conocer sus estupendas calificaciones, para celebrar. Y oye, no es que sea un primo sacrificado precisamente: follar a mi prima también hizo que me corriera como loco en su cara.