Jovencita italiana en su primer masaje erótico
Para ir a uno de estos masajes relajantes y no acabar teniendo un orgasmo, hay que ser una tía madura y experimentada. Nada que ver con esta jovencita romana, que pensó que ya estaba preparada para que un maromo macizo la sobara con sus manos llenas de aceite. A ninguno de los dos novios que ha tenido se le había ocurrido nunca algo tan sensual. Y claramente esa carga de erotismo era demasiado para ella. El masajista se dio cuenta enseguida, y supo que esta iba a ser otra clienta follada que se iba con su final feliz.