Fin de semana rural con mi hermanastra culona
Pues no sé qué esperaban mis padres al obligarnos a mi hermanastra y a mí a pasar unos días aislados del mundo en una casa rural, perdida en el medio del monte. Sin colegas, sin internet, casi sin cobertura… los dos nos moríamos de aburrimiento, y aunque no nos aguantábamos, tuvimos que confraternizar. Me consta que esperaban que nuestra relación de hermanos postizos mejorara y se volviera más estrecha, aunque quizá no tanto. ¿Pero qué esperaban de dos veinteañeros aburridos, cargados de hormonas y de sexos diferentes? Pues acabé follando a la culona de mi hermanastra, y ella no se quedó atrás, menuda cabalgada xxx que me metió.