ella era el centro de atencion
Tuvo que ser el recepcionista de este hotel el que le dijera a esta jovencita que por favor fuera un poco más recatada porque estaba alterando la normalidad del hotel con su escasa vestimenta. Pero la muy guarra, muy curtida en estas lides, sabía muy bien cómo hacer para que ese toque de atención se convirtiera rápidamente en halagos. El pobre hombre no sabía cómo actuar ante tan increíble ocasión de follarse a una jovencita y siguió lo que le dictaban sus instintos más primarios hasta acabar clavándosela allí mismo.