El consolador es enorme, pero su culo lo aguanta
Esta madurita siempre ha sentido curiosidad por los consoladores de dos puntas. Como no le va el sexo lésbico, esperaba poder usarlos con su marido; pero él es tan mojigato, que no ha querido saber nada de ello. Así que ella ha ido a la aventura, y ahora no solo piensa usarlo para una penetración vaginal; también va a probar follarse el culo, ese culo virgen que su marido nunca ha catado. Una tarde la mujer desnuda en su cama tiene todo listo para su primera experiencia con este dildo, y allá va, primero masturbándose hasta estar totalmente mojada. Una vez su coño empapado, mete el juguete sexual, y con sus mismos jugos vaginales, penetra su ano. Bueno, es un poco molesto, y definitivamente el consolador es más grande de lo que pensaba. Pero conforme pasa el tiempo, cada vez le está gustando más.