Dos zorras ardientes clavadas por un suertudo
Un hombre sale a trabajar por muchos años y construyes un patrimonio que quiere que su hijo administre cuando él no este, en el fondo su deseo es que sus genes continúen existiendo, perpetuarse de alguna forma. Aunque lo que termina pasando en realidad es completamente diferente, porque si no sabes lo que cuestan las cosas, seguramente terminas lapidando tu herencia en dos zorras ardientes y te sentirás un suertudo por darle clavadas al coño de ambas. Aunque también hay que decir que es la mejor forma de gastar el dinero y mucho más si no te lo ganaste.